La Iglesia este día permanece en silencio junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y muerte y su descenso a los infiernos, esperando en oración y ayuno su gloriosa resurrección. Por todo ello os compartimos estas 10 cosas sobre esta fiesta:
Sábado Santo.
1- Es el día del silencio
Es el tercer día del Triduo Pascual. La comunidad cristiana permanece en vela junto al sepulcro del Señor, no suenan las campanas ni los instrumentos. El altar está despojado, el sagrario abierto y vacío. Es un día para meditar, profundizar y orar por todos nosotros a la espera de la victoria de Jesucristo sobre la muerte. La Iglesia en este día, no concede celebrar el Matrimonio, ni administrar otros sacramentos, a excepción de la Penitencia y la Unción de los Enfermos y La Sagrada Comunión puede darse solamente como viático.
2- Descendió a los infiernos
Esta verdad de fe, que recordamos en la profesión de fe en el Credo, recuerda el descendimiento de Jesús después de su pasión y muerte en la cruz. En el Catecismo de la Iglesia Católica nº 633 podemos leer: «La Escritura llama infiernos, sheol, o hades a la morada de los muertos donde bajó Cristo después de muerto, porque los que se encontraban allí estaban privados de la visión de Dios. Tal era, en efecto, a la espera del Redentor, el estado de todos los muertos, malos o justos, lo que no quiere decir que su suerte sea idéntica como lo enseña Jesús en la parábola del pobre Lázaro recibido en el «seno de Abraham». «Son precisamente estas almas santas, que esperaban a su Libertador en el seno de Abraham, a las que Jesucristo liberó cuando descendió a los infiernos». Jesús no bajó a los infiernos para liberar a los condenados ni para destruir el infierno de la condenación sino para liberar a los justos que le habían precedido.»
3- La Cruz en este día
La Cruz sigue entronizada desde ayer, Viernes Santo. Se encuentra en un lugar central, iluminada, con un paño rojo, con un laurel de victoria. Recuerda que Dios ha muerto, ha querido vencer con su propio dolor el mal de la humanidad. El Esposo nos ha sido arrebatado. Es un día de dolor, de esperanza, de reposo, de soledad. El mismo Cristo está callado. Ahora Él calla en el sepulcro. Pero este silencio se puede llamar plenitud de la palabra. «Fulget crucis mysterium»: «Resplandece el misterio de la Cruz.»
4- El Sábado Santo está en el centro del Triduo Pascual
Este día está en el corazón mismo del Triduo Pascual. Entre la muerte del Viernes y la resurrección del Domingo, donde nos detenemos en el sepulcro junto a Jesús y su Madre. Es como un día puente, pero con importancia propia. Son tres aspectos que rememoramos en este día del misterio de la Pascua de Jesús: Su muerte, su sepultura y su resurrección. Es el estado de separación entre su alma y su cuerpo, durante el tiempo comprendido entre el momento en que Él expiró en la cruz y el momento en que resucitó.
5- La Vigilia Pascual
Se celebra por la noche, es una vigilia en honor del Señor, siguiendo la exhortación del Evangelio del siervo vigilante (Lc. 12, 35 ss), tengamos encendidas las lámparas como los que aguardan a su Señor cuando vuelva, para que, al llegar, nos encuentre en vela y nos haga sentar a su mesa. El sacerdote y los ministros se revisten de blanco para Misa.
6- Bendición del fuego y Pregón Pascual
Al inicio de la Vigilia Pascual, el sacerdote apaga todas las luces de la Iglesia, enciende un fuego nuevo, lo bendice y con él se prende el cirio pascual, que representa a Jesús. En el cirio, el sacerdote con un punzón traza una cruz. Luego marca en la parte superior la letra Alfa y en la inferior omega, entre los brazos de la cruz marca las cifras del año en curso. A continuación se anuncia el Pregón Pascual. Luego de la procesión, en la que se van encendiendo las velas y las luces de la Iglesia, el sacerdote canta el Pregón Pascual. El Pregón Pascual es un poema muy antiguo, escrito alrededor del año 300, que proclama a Jesús como el fuego nuevo.
7- Liturgia de la Palabra
Después de la Celebración del fuego nuevo, se sigue con la lectura de la Palabra de Dios. Se acostumbra leer siete lecturas, empezando con la Creación hasta llegar a la Resurrección. En estas lecturas, la Iglesia confiada en la Palabra y la promesa del Señor, contempla las maravillas que desde los comienzos realizó Dios con su pueblo. Una las lecturas más importantes es la del libro del Éxodo, en la que se relata el paso por el Mar Rojo, cómo Dios salvó a los israelitas de las tropas egipcias que los perseguían. Se recuerda que esta noche Dios nos salva por Jesús.
8- Liturgia Bautismal
Suelen haber bautizos en este día, pero aunque no los haya, se bendice la Pila bautismal y se recita la Letanía de los Santos. Las letanías nos permiten unirnos a la oración de toda la Iglesia en la tierra y la Iglesia triunfante, de los ángeles y santos del Cielo. Esta letanía nos recuerda la comunión de intercesión que existe entre toda la familia de Dios. El agua bendita es el símbolo que nos recuerda nuestro Bautismo. Esta liturgia nos invita a renovar nuestras promesas y compromisos bautismales: renunciar a Satanás, a sus seducciones y a sus obras. También, de confirmar nuestra entrega a Jesucristo. Es un símbolo que nos recuerda que con el agua del bautismo pasamos a formar parte de la familia de Dios.
9- Liturgia de la Eucaristía
Al acercarse ya el día de la Resurrección, la Iglesia es invitada a participar en el banquete eucarístico, que por su Muerte y Resurrección, el Señor preparó para su pueblo. En él participan por primera vez los neófitos. Según el Paschales Solemnitatis la celebración de la Eucaristía constituye la cuarta parte de la Vigilia y marca su punto más alto, ya que es en el sentido más amplio el Sacramento de Pascua, es decir, la conmemoración del sacrificio de la cruz y la presencia de Cristo resucitado, la consumación de la iniciación cristiana, y el anticipo de la Pascua eterna. Es la Eucaristía central de todo el año, más importante que la de Navidad o la del Jueves Santo. Cristo, el Señor Resucitado, nos hace participar de su Cuerpo y de su Sangre, como memorial de su Pascua. Es el punto culminante de la celebración.
10- Sábado Santo y Domingo de Resurrección
Esta noche del Sábado Santo se celebra el inicio de la fiesta de las fiestas y el día de Cristo el Señor por excelencia. Jesús vencedor de la muerte y del pecado, se manifestó a los suyos; Se dio a conocer a sus dos discípulos en el camino de Emaús por medio de la fracción del pan: Confirió el Espíritu Santo a sus Apóstoles para la remisión de los pecados y los envió al mundo para ser sus testigos. Como consecuencia de todo esto, cantamos el salmo 117: «Este es el día en que actuó Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo».
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